miércoles, 4 de noviembre de 2009

HERNÁN CORTÉS

Estimado Hernán:

si bien no debería llamarte de tu, pero me tome el atrevimiento ya que en mi país México que sé muy bien que conocerás pues forma parte de la tierra que victoriosamente conquistaste no nos llaman de usted, y no es por no tener un nombre o ser parte de sociedades económicamente estables, no, es por el hecho de que mi gente se sienta inferior al escuchar la palabra fuimos conquistados, fuimos arrebatados de una esencia o regalo de Dios, y de que hasta la actualidad nos impongan reglas, nos acostumbran a que decir, a cómo actuar, que pensar hasta como vestir y todo gracias a que decidiste traer tus costumbres llenas de avaricia, religiones llenas de sin Dios, y tu gente que a lo mejor te daría crédito por ello, porque gracias a eso ahora tengo una familia con rasgos hermosos y de eso te estoy agradecido.

No quiero molestarte de hecho, solo es un impulso el soñar con que hubiese pasado si tu barco no llegara hacia este horizonte.
Seguramente tendríamos no un mejor México, si no a nuestro México.

Saludos a Cristóbal...

Juan.

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